En este cuarto seminario hemos hablado sobre todo de los
procesos de prevención y promoción de la salud y todo lo hemos llevado hacia el
anciano. Y a continuación voy a resumir brevemente tanto la prevención primaria
como la secundaria.
Primero voy a empezar por la prevención primaria. Este tipo
de prevención está dirigida a toda la población y se realizan técnicas o
educación para así evitar que se produzcan enfermedades. Las vacunas son un método
de prevención primaria muy efectivo. La vacuna de la gripe se aplica de forma
anual a pacientes mayores de 65 años, embarazadas, personas con enfermedades
cardíacas, personas con HTA y que tenga otra enfermedad asociada o a personas que puedan transmitir la gripe a aquellas que tienen un
alto riesgo de presentar complicaciones. A ellos es muy recomendable que
se administren esta vacuna ya que si se contagian de una gripe puede sufrir más
riesgo que otra persona. La vacunación frente a tétanos y difteria, una vez
administrada los anticuerpos permanecen como mínimo 10 años. En concreto la del
tétanos también se administra cuando se
aplica la profilaxis antitetánica tras una herida; esta información ha sido
encontrada en un artículo sobre vacunas de la difteria y el tétanos y protocolos
a seguir Vacuna en adultos. La vacuna antineumocócica es ideal para personas que viven en residencias; deben
ponérsela aunque nunca se les obliga. Al igual que las vacunas, es muy importante la detección del hábito
tabaco en una persona fumadora, y como estamos tratando el envejecimiento, es
aún más importante detectarlo porque tarde o temprano manifestarán alguna
enfermedad relacionada con el tabaco. Así se intentará evitar lo más
precozmente que se pueda enfermedades como cáncer de pulmón, EPOC, enfermedades
cardiovasculares, etc. Otra de las adicciones que se deben abarcar en la
prevención primaria es la conducta del alcohol. El alcohol puede generar
diferentes enfermedades como cirrosis hepática o pancreatitis por ejemplo,
y además es muy oportuno hablar en la prevención primaria sobre alimentación y
actividad física ya que se ha demostrado que con una alimentación equilibrada y
completa unido a una actividad física regular disminuye la incidencia de
numerosas enfermedades mejorando nuestra calidad de vida.
Y en segundo lugar la prevención secundaria trata la población
de riesgo hacia determinadas enfermedades como por ejemplo realizar un cribado
mamográfico a mujeres mayores de 50 años para así evitar cáncer de mama. Una de
las actividades de la prevención secundaria seria la medición de la tensión
arterial para evitar una hipertensión arterial ya que ésta derivará en un
problema cardíaco a lo largo del tiempo, y la HTA es además una enfermedad que
no da síntomas. También se valorará el riesgo de caídas, que es algo muy importante
en el anciano, ya que si existiese riesgo ya la enfermera se encargaría de
disminuirlo y reunir recursos para evitar esas caídas. Igual de importante es
la detección de incontinencia urinaria ya que empeora el estado de autonomía
del anciano y además es recomendable ajustar los diuréticos para evitar ir a orina por la noche. También se debe realizar un análisis de sangre de forma periódica porque así se detectan múltiples enfermedades, por no decir la mayoría; es muy importante el diagnóstico precoz. La depresión es un problema muy generalizado en los ancianos ya que pasan por fases de duelo importantes o se ven diferentes a como eran su juventud ya que van perdiendo su independencia, por ello es muy importante realizar escalas de valoración enfermera. Para valorar la agudeza visual es muy importante que el anciano se revise la vista periódicamente y se les proporcionaría unos consejos para seguir conservando este sentido de la mejor manera posible y al igual ocurre con la hipoacusia. Y por último siempre que valoremos a un anciano es muy importante preguntarle por la medicación que toma con tratamiento y la que se toma sin ningún tratamiento médico ya que la automedicación es algo a lo que ellos no le dan importancia pero podría suponer la muerte.
En general tanto las medidas llevadas a cabo en la prevención primaria como la secundaria son indispensables. Aunque en mi opinión siempre es importante detectar las conductas que llevan a cabo los ancianos, que se podrían evitar a base de consultas de enfermería como es el tabaco o la automedicación por ejemplo y son muy graves para salud. Todas las demás actividades son igual de importantes o más, pero es en esas dos en las que, en mi opinión, la enfermera juega un papel muy importante.
Y como dice el dicho...
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